El autismo en niños, también en personas mayores, afecta a la reciprocidad emocional, comunicación, imaginación, socialización y planificación. Es visible por las conductas repetitivas y restringidas.
Es un tipo de trastorno generalizado del desarrollo, puede afectar de manera diversa y en distinto grado a niños, aunque una evidencia clara casi siempre suele ser la falta de interacción social con sus iguales. En nuestro país, de cada mil niños suele afectar de 3 a 6 y en más probabilidad si son varones. Eso sí, el espectro autista no entiende de raza, clase social o área geográfica.
Todos los tratamiento existentes se enfocan no en curar, porque no existe cura completa, sino en intentar que los psicólogos de autismo suavicen los efectos y consigan una mayor interacción social, desarrollo de empatía y expresión de los sentimientos y emociones. Que se desarrollen habilidades del lenguaje y sociales trabajando no sólo con el paciente en sí, sino también con sus familiares.